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Human Activities

Limpieza de sitios antiguos de eliminación de residuos y sitios de trabajo abandonados en la Antártida

Ewan McIvor

Australian Antarctic Division, Kingston, Tasmania, Australia.
Ewan.McIvor[at]aad.gov.au

Las prácticas operativas históricas han dejado sitios de eliminación de residuos y sitios de trabajo abandonados en diversos lugares de la Antártida. Muchos países han emprendido actividades de limpieza con el fin de minimizar los impactos ambientales en curso en esos sitios, pero quedan muchos sitios que requieren atención. Se espera que los impactos ambientales en esos sitios aumenten con el tiempo, ya que las estructuras y los contenedores continúan degradándose. Las dificultades prácticas y los crecientes costos de la limpieza aumentan la urgencia por llevado a cabo acciones de remediación de manera oportuna. El Protocolo al Tratado Antártico sobre Protección del Medio Ambiente (el Protocolo) incluye requisitos destinados a evitar la creación de más sitios contaminados. También requiere que se limpien los sitios existentes, siempre que ello no genere un mayor impacto ambiental adverso. El Comité para la Protección del Medio Ambiente (CPA) continúa preparando un Manual sobre limpieza destinado a constituir un repositorio central de referencia sobre las mejores prácticas para estos esfuerzos. Aún queda mucho trabajo por hacer para desarrollar los objetivos de calidad ambiental, las tecnologías de remediación / limpieza, el seguimiento y la evaluación personalizados de conformidad con la Antártida y con sitios individuales.

De acuerdo con el Protocolo, se requiere que los residuos generados en la Antártida se gestionen estrictamente para evitar o minimizar los impactos ambientales en la Antártida. Deben eliminarse muchas clases de residuos de la Antártida, aunque algunos desechos no peligrosos pueden eliminarse por incineración a alta temperatura o, en el caso de los desechos líquidos, por vertido en el mar o en pozos profundos en el hielo, bajo ciertas condiciones. Antes de que se aprobara el Protocolo, el tratamiento de residuos en las instalaciones antárticas, en general, suponía la quema de residuos al aire libre y el vertido de desechos en sitios terrestres cercanos (1, 2). Del mismo modo, era habitual abandonar instalaciones en desuso con poca planificación para su destino. Hoy en día, muchos sitios antiguos de eliminación de residuos y sitios de trabajo abandonados requieren una gestión permanente. Dichos sitios suelen caracterizarse por presentar una combinación de escombros físicos (por ejemplo, materiales de construcción, maquinaria, vehículos, basura en general) y contaminantes químicos, algunos de los cuales pueden estar en contenedores —que pueden deteriorarse— y algunos de los cuales pueden haberse liberado en el medio ambiente (3).

A lo largo de la costa, los sitios de eliminación de residuos por lo general se extienden hacia el ambiente marino cercano a la costa (4). Las infiltraciones y la escorrentía tanto en sitios abandonados como en sitios de derrame más recientes pueden generar contaminación que se redistribuye en el medio ambiente, incluida la absorción biológica y la biomagnificación. En general, la tasa de degradación de agentes contaminantes —sobre todo, los productos químicos sintéticos— se reduce enormemente en las condiciones frías de la Antártida.

A partir de la extrapolación de algunos sitios bien documentados, se ha estimado que el volumen de materiales de desecho abandonados y no delimitados en la Antártida puede ser mayor que 1 millón de m3 y que el volumen de sedimento contaminado con petróleo puede ser similar (3). Este volumen es relativamente pequeño en comparación con los volúmenes registrados en otras partes del mundo, pero la importancia de los impactos ambientales asociados se magnifica ya que muchos sitios contaminados de la Antártida están situados en las escazas zonas costeras libres de hielo (5) que ofrecen el hábitat para la mayoría de las especies terrestres y marinas de la Antártida que se reproducen en estas zonas.

Existen motivos adicionales para remediar los sitios históricos de eliminación de residuos y los sitios de trabajo abandonados en la Antártida, como los siguientes:

  • muchos de esos sitios presentan posibles contaminantes químicos en contenedores (por ejemplo, tambores llenos con combustible, aceite) y fugas debido a la pérdida de la integridad de los contenedores en el sitio y más allá de este, lo que haría que la remediación sea más difícil y costosa (6);
  • los cambios climáticos pueden acelerar la liberación localizada de agentes contaminantes en dichos sitios debido al deshielo acelerado (Documento de Trabajo WP 63 de la XXXIII RCTA);
  • puede esperarse que, a mayor tiempo de exposición (7), aumenten los efectos dañinos de los contaminantes químicos en el medio ambiente, lo que contribuiría a empeorar los impactos acumulativos, en conjunto con otros factores que generan estrés ambiental (8);
  • los procesos de dispersión (por ejemplo, el transporte de agentes contaminantes en el agua debido al derretimiento de la nieve o del hielo) pueden ocasionar que la totalidad del área contaminada aumente con el tiempo, lo que daría como resultado, en algunos casos, la contaminación del entorno marino adyacente (6);
  • algunos sitios podrían quedar sumergidos en aguas oceánicas o cubiertos de hielo/nieve, lo que haría que la remediación sea más difícil y costosa; y
  • posibles riesgos para la salud humana (por ejemplo, productos químicos peligrosos u otras sustancias, como el asbesto).

En 1988, entró en vigor el Anexo III del Protocolo, sobre Eliminación y Gestión de Residuos, a los efectos de abordar la gestión y limpieza de antiguos sitios de eliminación de residuos y sitios de trabajo abandonados. Establece el objetivo de reducir, en la medida de lo posible, la cantidad de desechos producidos o eliminados en el Área del Tratado Antártico a fin de “minimizar el impacto en el medio ambiente antártico y minimizar la interferencia en los valores naturales de la Antártida, en la investigación científica y otros usos de la Antártida coherentes con el Tratado Antártico”.  El Anexo III, en su Artículo 1.5, dispone lo siguiente:

Los sitios terrestres de eliminación de residuos tanto pasados como actuales, y los sitios de trabajo de actividades antárticas abandonados serán limpiados por el generador de tales residuos y por el usuario de dichos sitios. No se interpretará que esta obligación supone:

a. retirar cualquier estructura designada como sitio o monumento histórico; o
b. retirar cualquier estructura o material de desecho en circunstancias tales que la remoción por medio de cualquier procedimiento produjera un impacto negativo mayor en el medio ambiente que el hecho de dejar la estructura o material de desecho en el lugar en que se encuentra.

El tema de la limpieza se ha considerado desde 1988, cuando se celebró la primera reunión del Comité para la Protección del Medio Ambiente (CPA), establecido según el Protocolo para proporcionar asesoramiento y formular recomendaciones a las Partes del Tratado Antártico. Varios países han informado al CPA acerca de los esfuerzos para limpiar los antiguos sitios de eliminación de residuos y sitios de trabajo abandonados (Documento de Información IP 6 XXXV RCTADocumento de Trabajo WP 62 de la XXXV RCTA). Sin embargo, la información disponible, incluidos los informes de inspecciones oficiales de conformidad con el Tratado Antártico y el Protocolo, sugiere que todavía queda mucho trabajo por hacer para alcanzar plenamente los objetivos de protección del Protocolo.

El CPA identificó la limpieza de los sitios de eliminación de residuos y sitios de trabajo abandonados como un asunto prioritario para su atención como parte del tema más amplio de la reparación y remediación del daño ambiental. Específicamente, el CPA ha identificado la necesidad de formular directrices para “las mejores prácticas en materia de limpieza”. Durante la XXXVI RCTA (2013), se adoptó la Resolución 2 (2013), en la que se recomienda a las Partes difundir y alentar el uso del Manual sobre limpieza del CPA. El Manual contiene una guía para ayudar a las Partes a cumplir con sus obligaciones conforme al Anexo III al Protocolo de limpiar los antiguos sitios terrestres de eliminación de residuos y los sitios de trabajo abandonados. En 2014, el CPA lo actualizó a fin de incluir una lista de verificación para la evaluación preliminar del sitio que podría utilizarse a los efectos de documentar el sitio e informar las etapas posteriores del proceso de limpieza.

El CPA ha identificado materiales adicionales que son deseables para guiar y mejorar los esfuerzos de limpieza, los objetivos de calidad ambiental, las técnicas de limpieza, el seguimiento y la evaluación.

Las Partes también alentaron al CPA a continuar elaborando el Manual con los aportes del Comité Científico de Investigación Antártica (SCAR) y el Consejo de Administradores de Programas Antárticos Nacionales (COMNAP) sobre asuntos científicos y prácticos, respectivamente. En 2017, comenzó a revisarse el Manual, y las revisiones recomendadas se considerarán en la reunión del CPA en 2019.

1975

Durante la VIII RCTA, se adoptó la Recomendación VIII-11, que contiene la primera guía acordada para el tratamiento y la eliminación adecuados de residuos generados tanto por expediciones como por las estaciones antárticas a fin de minimizar los impactos en el medio ambiente de la Antártida. Recomienda que, en la mayor medida posible, las Partes respeten un Código de Conducta para Expediciones Antárticas y Actividades de Bases, incluidos los procedimientos recomendados para el tratamiento y la eliminación de los residuos.

1983

Durante la XII RCTA, se adoptó la Recomendación XII-4, que plantea la conveniencia de revisar el Código de Conducta en respuesta a la creciente conciencia sobre los posibles impactos ambientales derivados de la eliminación de residuos en la región Antártica, al aumento en el nivel y el grado de complejidad de las operaciones antárticas y a la viabilidad del tratamiento en el sitio o la eliminación de los residuos del Área del Tratado Antártico.

1985

Durante la XIII RCTA, se adoptó la Recomendación XIII-4, que invita a los Comités Antárticos Nacionales a efectuar una revisión integral de los aspectos relativos a la eliminación de residuos establecidos en el Anexo a la Recomendación VIII-11 y a brindar consejo científico respecto a los procedimientos y las normas de eliminación de residuos.

1989

A partir del informe de un Panel de Expertos del SCAR sobre Eliminación de Residuos en la Antártida, durante la XV RCTA se adoptó la Recomendación XV-3, que contiene las prácticas recomendadas de tratamiento y eliminación de residuos, incluido lo siguiente:

  • cada Gobierno que lleve a cabo actividades en la Antártida “preparar y actualizar anualmente programas de limpieza de los sitios de eliminación de recursos existentes y sitios de trabajo abandonados”;
  • cada Gobierno “establecerá un programa a largo plazo para retirar el combustible y los bidones de combustible abandonados, cuando tal operación sea practicable. En esos programas se preverá la limpieza, en la primera oportunidad posible, de los lugares con bidones cuando el equipo de transporte que los trajo no se encuentre ya en la misma zona”; y
  • aquellos que realicen actividades en la Antártida deberán proceder, en la mayor medida posible, a la limpieza de los sitios de eliminación de residuos y sitios de trabajo abandonados correspondientes a sus actividades en la Antártida.

1991

Durante la XI RCETA, se adoptó el Protocolo al Tratado Antártico sobre Protección del Medio Ambiente, incluido el Anexo III: Eliminación y Gestión de Residuos. El Artículo 1.5 del Anexo III refleja muchos elementos de la Recomendación XV-3.

1998

El Protocolo al Tratado Antártico sobre Protección del Medio Ambiente, incluido el Anexo III Eliminación y Gestión de Residuos, entra en vigor el 14 de enero.

2006

El COMNAP convoca a un Taller sobre tratamiento de residuos en la Antártida, que involucra un día dedicado al intercambio de información práctica sobre la limpieza de residuos viejos en la Antártida. Los principales hallazgos del taller se resumen en Documento de Información IP 98 de la XXX RCTA.

2008

En la XI Reunión de CPA, se adoptó un plan de trabajo quinquenal que identifica el tema de la limpieza de sitios de actividad pasada como un tema de ‘baja’ prioridad. Las acciones relacionadas para el CPA incluyen lo siguiente: establecer un inventario de toda la Antártida de sitios de actividad pasada y formular directrices para un enfoque de mejores prácticas para la limpieza.

2010

Durante la XXXIII RCTA, se adoptó la Decisión 4 (2010) Responsabilidad que surge de Emergencias Ambientales que, entre otras cosas, registra la decisión de las Partes respecto de lo siguiente:

solicitar al Comité para la Protección del Medio Ambiente a considerar los problemas ambientales relativos a la viabilidad de reparación o remediación del daño ambiental en las circunstancias de la Antártida, para ayudar a la RCTA para adoptar una decisión informada en 2015 relativa a la reanudación de las negociaciones.

2011

En respuesta a la Decisión 4 (2010), en la XIV Reunión de CPA, se incorporó la limpieza en su plan de trabajo bajo el tema más amplio de reparación y remediación del daño ambiental, que está clasificado como un asunto de prioridad 1. Específicamente, el plan de trabajo requiere el desarrollo de directrices para el “enfoque de las mejores prácticas para la limpieza”.

2012

En la XV Reunión de CPA, se acordó elaborar un manual que contenga una guía para auxiliar a las Partes para abordar sus obligaciones según el Anexo III al Protocolo Ambiental para limpiar los antiguos sitios terrestres de eliminación de residuos y los sitios de trabajo abandonados de actividades pasadas.

2013

Durante la XXXVI RCTA, se adoptó la Resolución 2 (2013), que recomienda que las Partes difundan y alienten el uso del Manual sobre limpieza, según sea adecuado, para ayudar a abordar sus obligaciones según el Artículo 1(5) del Anexo III.

2014

En la XVIII Reunión de CPA, se acordó agregar una Lista de verificación para la evaluación preliminar del sitio a fin de ser incluida en el Manual sobre limpieza.

2017

En la XXXIX Reunión de CPA, se acordó establecer un Grupo de contacto intersesional (GCI) para revisar el Manual sobre limpieza.

Other information:

  1. B. C. Parker, Conservation problems in Antarctica.  (Allen Press Inc., Lawrence, Kansas, 1972), pp. 143-162.
  2. T. Tin, Z. L. Fleming, K. A. Hughes, D. G. Ainley, P. Convey, C. A. Moreno, S. Pfeiffer, J. Scott, I. Snape, Impacts of local human activities on the Antarctic environment. Antarctic Science 21, 3-33 (2009) doi: 10.1017/S0954102009001722.
  3. I. Snape, M. J. Riddle, J. S. Stark, C. M. Cole, C. K. King, S. Duquesne, D. B. Gore, Management and remediation of contaminated sites at Casey Station, Antarctica. Polar Record 37, 199-214 (2001).
  4. R. B. Aronson, S. Thatje, J. B. McClintock, K. A. Hughes, Anthropogenic impacts on marine ecosystems in Antarctica. Annals of the New York Academy of Sciences 1223, 82-107 (2011). doi: 10.1111/j.1749-6632.2010.05926.x.
  5. J. S. Poland, M. J. Riddle, B. A. Zeeb, Contaminants in the Arctic and the Antarctic: A comparison of sources, impacts, and remediation options. Polar Record 39, 369-383 (2003) doi: 10.1017/S0032247403002985.
  6. K. Fryirs, I. Snape, N. Babicka, The type and spatial distribution of past waste at the abandoned Wilkes Station, East Antarctica. Polar Record 49, 328-347 (2013) doi: 10.1017/S0032247412000721.
  7. C. K. King, M. J. Riddle, Effects of metal contaminants on the development of the common Antarctic sea urchin Sterechinus neumayeri and comparisons of sensitivity with tropical and temperate echinoids. Marine Ecology Progress Series 215, 143-154 (2001).
  8. M. Liess, O. Champeau, M. Riddle, R. Schulz, S. Duquesne, Combined effects of ultraviolet-B radiation and food shortage on the sensitivity of the Antarctic amphipod Paramoera walkeri to copper. Environmental Toxicology and Chemistry 20, 2088-2092 (2001).

ANEXO III AL PROTOCOLO AL TRATADO ANTÁRTICO SOBRE PROTECCIÓN DEL MEDIO AMBIENTE ELIMINACIÓN Y TRATAMIENTO DE RESIDUOS

Recomendación VIII-11 (1975) Impacto del Hombre en el Medio Ambiente

Recomendación XII-4 (1983) Impacto del Hombre en el Medio Ambiente Antártico: Código de Conducta para Expediciones a la Antártida y Actividades de la Estación

Recomendación XIII-4 (1985) Impacto del Hombre en el Medio Ambiente Antártico: Código de Conducta para Expediciones Antárticas y las Actividades de las Estaciones: Eliminación de Desechos

Recomendación XV-3 (1989) Impacto del Hombre en el Medio Ambiente Antártico: Eliminación de Desechos

Resolución 3 (2013) Manual sobre limpieza de la Antártida